Historias de Éxito_Rocío Alejandra Chávez Santoscoy_Innovadores menores de 35 años_MIT Technology Review

Es investigadora de UABC una de las jóvenes innovadoras más destacadas del continente

Fue seleccionada de entre más de 2 mil candidatos dentro de la categoría Pioneros por su contribución a la prevención de enfermedades crónicas que aquejan a la sociedad.
Por
Denisse Treviño López
Campus
Tijuana
21 de Noviembre de 2017

Recientemente, la doctora Rocío Alejandra Chávez Santoscoy, profesora-investigadora de tiempo completo de la Facultad de Ciencias Químicas e Ingeniería  de la UABC, Campus Tijuana, obtuvo el premio “Innovadores menores de 35 años” otorgado por la MIT Technology Review en español, siendo el mayor reconocimiento otorgados a investigadores y emprendedores que trabajan en tecnología, innovación y emprendimiento.

Cabe destacar que la MIT Technology Review en español, es la revista  de divulgación tecnológica más antigua publicada por una compañía independiente que pertenece al Instituto Tecnológico de Massachussetts y tiene el propósito de dar a conocer las innovaciones tecnológicas y su impacto global en economía, política y sociedad.

Conscientes del gran talento que hay entre los jóvenes emprendedores e investigadores latinoamericanos que constantemente innovan en el desarrollo de tecnologías que ayudan a solucionar problemas actuales y mejorar la calidad de vida, decidieron premiar a 35 de ellos, menores de 35 años y dar a conocer sus propuestas, proyectos e ideas. Cada año alguna institución o universidad nomina a los posibles candidatos que han desarrollado proyectos de investigación innovadores. La doctora Chávez Santoscoy ha sido propuesta en dos ocasiones por el Tecnológico de Monterrey, siendo esta vez reconocida. 

La MIT Technology Review divide a los ganadores de acuerdo a su perfil en cinco categorías: Inventores, Emprendedores, Visionarios, Pioneros y Humanitarios.

La doctora Alejandra Chávez fue reconocida en la categoría “Pioneros”, por su trabajo de investigación innovadora que otorga soluciones a la industria alimenticia y de salud gracias a su descubrimiento que permite diseñar alimentos funcionales transformando alimentos comunes en la dieta básica del mexicano como el pan de caja, galletas y tortillas en productos con gran aporte nutricional y capaces de prevenir y tratar enfermedades crónicas, principalmente diabetes y obesidad.

El proyecto nació hace seis años cuando durante su doctorado estudió las propiedades de unos compuestos naturales contenidos en el frijol negro y el nopal que ayudan a controlar los niveles de glucosa en sangre, a disminuir la absorción de grasas y a oxidarla para eliminarla del organismo. Sin embargo, para que estos efectos se manifiesten de manera natural deberíamos consumir diario y en gran cantidad de estos alimentos por lo tanto, ideo la manera de extraer los compuestos, purificarlos, tenerlos en mayor concentración bioactiva y añadirlos a alimentos que son consumidos de manera general como tortillas, galletas y pan.

“De manera general sabemos los beneficios que tienen ciertos alimentos; lo que hace la Nutrigenómica, que es el área en la que estoy enfocada, es determinar la manera en que el organismo utiliza los nutrientes. Durante mi doctorado vimos cómo estos compuestos tienen ese efecto del que se habla comúnmente; por ejemplo, el frijol negro antes se consumía mucho en México y no había obesidad; a medida que hemos dejado de comer frijol en México es a medida que ha ido aumentando la obesidad, por eso fue uno de los principales alimentos que estudiamos”, explicó la doctora Chávez Santoscoy.

Este proyecto de investigación es liderado por la investigadora Cimarrona, quien trabaja en colaboración con el doctor Ángel Licea, del Instituto Tecnológico de Tijuana; y el doctor Marco Lazo de la Universidad del Azuay en Ecuador; además, se involucran a alumnos de la Licenciatura en Químico Farmacobiólogo y el posgrado a cargo de la doctora. Actualmente, se encuentran implementando una estrategia para encapsular los compuestos en polímeros biodegradables que otorga mejores cualidades al producto al momento de hornearse, ya que protege al compuesto para que no se degrade con el calor y activa las propiedades en el pan.

La investigación pertenece al Cuerpo Académico Biológico Farmacéutico de la Facultad de Ciencias Químicas e Ingeniería y responde a la línea de generación del conocimiento de Biotecnología para la Salud.

“Es un área de investigación nueva en UABC, antes de que yo llegara no había mucha investigación en alimentos en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Químicas, todo se enfocaba en farmacéuticos o estudios clínicos. Me toca abrir brecha en esto y me siento orgullosa porque los alumnos están viendo otra área en la que pueden incursionar”, dijo.

“Ver que podemos generar un impacto en la sociedad, que lo que hacemos se puede aplicar y que podemos ayudar a la sociedad en problemas actuales y de primera importancia en la sociedad mexicana. Si esto se trasladara a la industria generaría productos baratos, casi el mismo precio de los productos que ya conocemos”, comentó.

El proyecto se encuentra ya en proceso de patente para después transferir la tecnología a la industria con el fin de poner al alcance de todos los productos. “Veo el premio como una plataforma para que empresas se interesen en los proyectos y puedan llevarlos a la industria”, expresó.

Este proyecto seguirá desarrollándose y marcará un precedente dentro de la UABC como una nueva área de investigación. Se busca en un futuro trabajar en conjunto con la Facultad de Medicina y Psicología dentro del nuevo Programa Académico de  Maestría en Nutrición; por lo pronto se enfocan en establecer el equipo de trabajo que seguirá el desarrollo de la investigación.

La Universidad Panamericana será sede de la premiación que tendrá lugar el próximo 16 de noviembre del 2017.

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