Crean refugios para abejas e insectos polinizadores en la FEG
La maestra Esperanza Álvarez Muñiz, bióloga y coordinadora de Gestión Ambiental en la Facultad de Enología y Gastronomía (FEG), ha trabajado, en colaboración con estudiantes, en el proyecto de construcción de refugios para abejas e insectos polinizadores, con el objetivo de promover la sustentabilidad a través de la concientización por el cuidado del ambiente.
Este proyecto surgió como resultado de una investigación realizada por la maestra Álvarez Muñiz, la cual demostró que para tener un cuidado óptimo de los cultivos y las plantas que se tienen en el huerto y los jardines de la Facultad, era necesaria la presencia de las abejas e insectos polinizadores, los cuales se han visto afectados por el uso de químicos agresivos y la invasión de su hábitat.
“En México se estima que hay 2000 especies de abejas. De ellas el 95% son abejas solitarias, las cuales anidan en pedazos de madera, tierra y espacios cerca de los matorrales. De esta forma nace la idea de querer proteger a estos insectos, construyendo refugios con carrizo y madera”, comentó la maestra.
El proyecto originalmente se concibió como parte del servicio social, a través del programa Brigadas Verdes. Así, durante la pandemia y desde sus casas, los alumnos construyeron refugios pequeños utilizando madera, corteza y carrizos. Estos después se colocaron en áreas verdes locales, como parques y jardines.
Actualmente, en el proyecto trabajan alrededor de 35 estudiantes, quienes se han dedicado a buscar otras maneras de ampliar y complementar este proyecto.
“Hace un año, un alumno propuso la idea de montar un «corredor de abejas», colocando varios refugios a lo largo del estero en San Miguel, en La Misión”, mencionó la maestra Esperanza Álvarez.
Recientemente se han probado diferentes materiales y diseños para hacer a los refugios más resistentes, también se planea instalarlos cerca de los árboles y flores de la FEG, en los que se utiliza la lluvia sólida, composta y pesticidas naturales que los mismos estudiantes fabrican.
“Desde el principio se han logrado los objetivos del proyecto y con ello ha sido posible crear conciencia para cuidar el ambiente, el agua y los alimentos producidos por el huerto. Es importante que se reconozca la relación entre sustentabilidad y la labor de los insectos polinizadores”, explicó la investigadora.
Igualmente, dijo que hasta ahora, el tratamiento del proyecto ha sido mayormente a un nivel local, pero derivado del entusiasmo de los alumnos, se considera necesario ampliarlo para causar un impacto positivo en la comunidad, implementando los refugios en otras áreas verdes, cerca de matorrales y en los otros campus de la UABC.
Finalmente, instó a los demás profesores a escuchar las propuestas e inquietudes de sus estudiantes. “Los alumnos realmente sienten un compromiso e interés genuino por el proyecto. Si los estudiantes te buscan, hay que tomarse el tiempo de escucharlos, porque seguramente van a tener una gran idea que beneficie a toda la comunidad”, expresó la maestra Álvarez Muñiz.
Vanessa Elizabeth González Núñez
Campus Ensenada
Fotos: Cortesía